
“Nuestra época, con la humanidad en movimiento y búsqueda, exige un nuevo impulso en la actividad misionera de la Iglesia. Los horizontes y las posibilidades de la misión se ensanchan, y nosotros los cristianos estamos llamados a la valentía apostólica, basada en la confianza en el Espíritu.
¡Él es el protagonista de la misión!” (
Redemptoris missio, 30).

La Reflexión Misionera para la liturgia del Domingo de Pentecostés está en el siguiente enlace:
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