Ayer, tal como estaba previsto, celebró Manolo su misa de despedida en la Parroquia de San Lorenzo.
Acompañado por dos sacerdotes, D. Jesús y D. José Luis, y con la Iglesia casi llena, celebró una eucaristía sentida, llena de emociones contenidas y de una fuerza, que deseamos acompañe en su caminar.
Con la presencia de sus padres y otros familiares y amigos, Manolo nos deleitó de su energía y cercanía. En sus palabras de Amor hacia Dios Padre, estaba presente siempre "Habla, Señor, que tu siervo te escucha", 1Samuel 3, 1-20. En su homilía, tras la lectura de Marcos 1, 29-39, nos desgranó la vida de Jesús desde la Palabra, la curación y la oración, mostrándonos el camino para seguirle. Para rezar el Padre Nuestro, subió con él a una pequeña y, cogida de la mano, nos hizo orar con la confianza de ser hijos.
El Párroco, D. Jesús, lo "despidió" con palabras de agradecimiento y poniéndose a su disposición para cuantas necesidades le surgiesen en su labor en Zimbabwe: "Ya que siendo fundamental la oración, con la que de antemano ya puedes contar, habrá muchas necesidades materiales que necesitarán del apoyo económico y para eso se brinda la Comunidad".
Desde aquí nos ponemos también a su disposición y oramos por este nuevo misionero que se incorpora a la vanguardia de la Iglesia. ¡¡Dios te bendice, Manolo !!
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