Vente a celebrar al santo Patrón de las Misiones católicas, san Francisco Javier. #oremosxmisioneros.
<Nació en 1506 en el Castillo de Javier, Navarra. Su encuentro en París con Ignacio de Loyola fue clave en su vida. “¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?” La respuesta a la pregunta persistente de Ignacio transformó a Francisco Javier.
Con 35 años, parte como misionero a Oriente, en 1541. Doce años escasos durará su vida de misionero, de los cuales cerca de cinco pasará navegando o esperando en los puertos la llegada de las naves.
Dejará señales de su celo apostólico en Europa (Francia, Italia y Portugal); en América (islas de Noroña y Abrollos, cercanas éstas últimas a Río de Janeiro); en África (Mozambique, Melinde y Socotora); en Asia (India, Malaca, Japón, China); en Oceanía (islas Molucas al norte de Australia)...
Javier, afirmó Juan Pablo II, “es el prototipo de la misión universal de la Iglesia. Su motivación es el amor evangélico a Dios y al hombre, con atención primordial a lo que hay en él de valor prioritario: un alma donde se juega el destino eterno del hombre".
"Siente, como otro Pablo, el apremio incontenible de una conciencia plenamente responsable del mandato misionero y del amor de Cristo" (2Cor 5, 14). Nada menos que 101 veces repite en sus cartas que su más ardiente anhelo es "acrecentar nuestra santa fe; extender los límites de la Iglesia".
El grito de Pablo: "Ay de mí si no evangelizare" (1Cor 9,16), lo traduce Javier en frecuentes versiones, pero con tal expresión de fuerza y convicción, que emociona profundamente.
Javier "amó a la Iglesia y se entregó por ella". Javier amó con pasión a la Iglesia. Firmemente persuadido de que Cristo, aunque invisible, sigue siendo la Cabeza del Cuerpo Místico y de que es su Espíritu quien lo une, lo fecunda y vivifica, pondrá también toda su confianza en la Iglesia.
En la primera de sus cartas, dirigida desde la India, escribe una frase que parece dictada a la luz del Concilio Vaticano II: "Por los méritos de la Santa Madre la Iglesia, en que yo mi esperanza tengo (y cuyos miembros vivos sois vosotros), confío en Cristo Nuestro Señor que me ha de oír y conceder esta gracia: que use este inútil instrumento mío, para plantar la Iglesia".
En su último viaje, con intención de llegar a China, enfermó y falleció el 3 de diciembre de 1552. Tenía 46 años. En 1904 fue declarado patrono de las misiones.>
Semblanza tomada del Grupo de Misiones de la Parroquia de los Sagrados Corazones de San Fernando.
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Querid@s Herman@s en Cristo:
¡¡Un fuerte abrazo desde la selva de La Moskitia, en Honduras C.A., en el calor del Espíritu que nos sigue empujando a llevar la Buena Nueva a toda la Tierra, como lo hizo abrasando el corazón de Francisco Javier en ese ardor y celo misioneros.
Además de felicitarn@s en este gran día en que la Iglesia celebra al Patrono de las Misiones, compartirles también desde mi Asociación -Misioneros Seglares Vicencianos- la doble alegría por festejar también en este día nuestra nuestra propia Fiesta Patronal, ya que, efectivamente en esta misma onomástica y en este Santo Misionero MI.SE.VI. tiene una referencia fundamental para definir y configurar su ser, su estilo de vivir la Misión.
Por ello quería compartir con ustedes esta propuesta de oración a la que mañana se invita a hacer a todos los miembros de nuestra asociación, allá en el lugar en que cada un@ se encuentre. Espero les guste y pueda servir.
Ayer nos llegó un mensaje del P. Anastasio Gil, avisándonos de su próxima visita a Honduras y de la convocatoria a tod@s l@s misioner@s españoles que pudiesen estar presentes, en un encuentro el día 21 de este mes en San Pedro Sula. Lastimosamente no podremos asistir pues justo hace dos semanas que regresamos de allá y el próximo viaje de avituallamiento y reabastecimiento no está programado ya hasta finales de enero del año que viene. Aquí -por motivos económicos, logísticos y pastorales- todas las salidas se plantean y calendarizan con mucha antelación pues un viaje desde el centro de esta selva hasta San Pedro Sula, casi en el otro extremo del país, supone dos días de ida y dos de vuelta en el mejor de los casos, además de un gasto equiparable a los costos de un billete de Honduras a Miami (hay que viajar por Mar o Rio, Aire y Tierra). Silo hubiésemos sabido con más tiempo quizás hubiésemos podido reprogramar este anterior viaje y hacerlo coincidir con este evento; pero ya nos pilló de regreso en Barra Patuka. Nos uniremos en la oración y el cariño a los presentes.
Como ahora me sigo sintiendo unido a tod@s ustedes, que trabajan con todo el corazón y fuerzas por la Misión de Iglesia Universal en el lugar donde Dios lo ha dispuesto; esa bendita Delegación Diocesana de Misiones del Obispado de Cádiz - Ceuta.
Fuertes Abrazos y besos de todo corazón por allá a todo el mundo; y seguimos unidos en la oración y en la misión.
Feliz Día de San Francisco Javier:
Manolo.
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