El próximo 6 de agosto, el misionero Claretiano, Pbro. Manolo Ogalla, volverá a su casa en Harare (Zimbabwe).
Antes, hemos tenido la oportunidad de compartir con él varios momentos.
El sábado 14 de julio en la Eucaristía, que presidió, en la parroquia de la de san Lorenzo en Cádiz. Y tras la misma compartió sus vivencias en estos años con sus hermanos de Zimbabwe. Carta con la que nos invitó.
En Facebook ya dejamos algunas notas de ese encuentro.
En la parte de exposición de la misión, nos situó ante la forma de cómo los misioneros Claretianos afrontan la misión:
1) Atender las Comunidades de Base.
2) Apoderar a las mujeres y a los jóvenes. Formar líderes.
3) Optar por la autogestión. Los proyectos al desarrollo deben contener una gran parte de autogestión de las comunidades a las que pretende ayudar. Proyectos al Desarrollo: Autogestión + Cooperación internacional.
- Infraestructuras
- Mejorar el acceso al agua potable
- Huertos comunitarios
- Educación. Interesante leer en la web de los Claretianos los frutos que el Proyecto ya etá dando.
También ayer pudimos pasar un buen rato con él, alrededor de unos pescaditos, mientras hablaba entusiasmado de su misión y de cómo llegó hasta ella. Y de cómo afronta su futuro allí.
Es sorprendente que, un joven como él, tuviese tan clara su misión. Se ordenó en el 2011 y ya en el 2012 tomó el rumbo hacia África. Desde entonces está al servicio de sus hermanos africanos, de los que no deja de aprender. 6 años entregando su vida.
Es un lujo pasar un rato a su lado. Te enamora con la fuerza de Cristo. Es un luchador nato. Tiene mil propuestas y el corazón lleno de la gente con la que está compartiendo la vida.
Gracias, Manolo, por tener a tu Diócesis tan presente y regalarnos estos momentos de tu estancia.
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