Nuestra misionera en el Camerún nos escribe desde la misión y nos transmite que "los deseos de conversión definitiva, me hacen escribir estas letras de unión en ideales misioneros y de donación a Dios".
Está en un retiro de preparación a la renovación en un casa de Espiritualidad Carmelita, en un lugar "conveniente para la oración y tranquilidad... para oír al Señor y darle gracias por lo mucho recibido".
Se acuerdo de nosotros "que nos movemos en este deseo de unión con el Señor".
Agradece la "ayuda moral, la cual, siento muy cerca y la utilizo para servir a estos pobres con ilusión y esfuerzo cotidiano". También los sellos remitidos que le empujan a comunicarse con los amigos y familiares.
Sigue con su tarea de aprovisionar a los mayores de "todo lo bueno" y "sembrando en las colinas de la misión de todo lo que les es útil". Para ello tienen contratados a varios padres de familias, algunos refugiados. Traslada la situación de paro debido a "la crisis que ha cerrado fábricas de madera y otras, y los pobres, vagan en la miseria".
Bebe de la esperanza y las fuerzas en el encuentro con los atendidos. Una anciana le expresó el otro día "Hermana sin usted, no tendríamos vida". Esto la hace redoblar los esfuerzos y seguir trabajando con ilusión.
Nos hace partícipe de una gran alegría, como será su venida para el verano.
Se despide con un "¡Bendito sea Dios en sus criaturas!. Un gran abrazo de Sor Milagros".
Por último, nos añade una nota que nos viene al dedillo al celebrar el próximo 25 de abril la Campaña de Vocaciones Nativas, al comunicarnos que ha fallecido un Fraile enterrado allí, que ofreció su vida por las VOCACIONES.
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