
Para su clausura el Papa envió un
videomensaje en el que se dirige a sus participantes “con gran afecto en el
Señor”. En efecto, al saludar a todos los que se han reunido en Dublín, en
especial al Cardenal Brady, al Arzobispo Martin, al clero, a las personas
consagradas, a los fieles de Irlanda y a todos los que viajaron desde lejos
para apoyar a la Iglesia en Irlanda con su presencia y oraciones, el Santo
Padre afirma que el tema de este Congreso nos lleva a reflexionar sobre “la
Iglesia como misterio de comunión con el Señor y con todos los miembros de su
cuerpo”.
Refiriéndose a la Eucaristía, el
Pontífice recuerda que “la Eucaristía es el memorial del sacrificio de Cristo
en la cruz; su cuerpo y su sangre instauran la nueva y eterna Alianza para el
perdón de los pecados y la transformación del mundo. Durante siglos, Irlanda ha
sido forjada en lo más hondo por la santa Misa y por la fuerza de su gracia,
así como por las generaciones de monjes, mártires y misioneros que han vivido
heroicamente la fe en el país y difundido la Buena Nueva del amor de Dios y el
perdón más allá de sus costas. Sois los herederos de una Iglesia que ha sido
una fuerza poderosa para el bien del mundo, y que ha llevado un amor profundo y
duradero a Cristo y a su bienaventurada Madre a muchos, a muchos otros.
Vuestros antepasados en la Iglesia en Irlanda supieron cómo esforzarse por la
santidad y la constancia en su vida personal, cómo proclamar el gozo que
proviene del Evangelio, cómo inculcar la importancia de pertenecer a la Iglesia
universal, en comunión con la Sede de Pedro, y la forma de transmitir el amor a
la fe y la virtud cristiana a otras generaciones. Nuestra fe católica, imbuida
de un sentido radical de la presencia de Dios, fascinada por la belleza de su
creación que nos rodea y purificada por la penitencia personal y la conciencia
del perdón de Dios, es un legado que sin duda se perfecciona y se alimenta
cuando se lleva regularmente al altar del Señor en el sacrificio de la Misa”.
Al concluir su mensaje a los que
participaron en este importante evento eclesial Su Santidad ruega que el
Congreso sea para cada uno de ellos “una experiencia espiritualmente fecunda de
comunión con Cristo y su Iglesia”, y anuncia la sede del próximo Congreso
Eucarístico Internacional que se celebrará dentro de cuatro años en Filipinas.
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