En Ecuador, una escultura del misionero español, que avanza tomando de las manos a dos niños, fue inaugurada en Esmeraldas.
Y, en Chiclana, su pueblo natal, el próximo martes, 5 de febrero, se celebrará una misa y se descubrirá una placa en la iglesia donde fue bautizado, la parroquia de San Juan Bautista.
El misionero, Pedro Manuel, falleció el 5 de febrero de 2012 tras salvar a 7 niños de morir ahogados en las playas de Atacames. El pasado 12 de octubre tuvo lugar en la catedral de Córdoba la apertura de la causa de beatificación y canonización de hermano Pedro Manuel.
En la fotografía, podemos ver a seis de los siete niños rescatados por el hermano Pedro Manuel.
Cómo ya hiciera hace unos años su tierra natal, Chiclana de la Frontera, la Unidad Educativa Sagrada Familia de Quinindé (Esmeraldas, Ecuador) tiene desde ahora presente cada día la imagen del hermano Pedro Manuel Salado. Una escultura del misionero español, que avanza tomando de las manos a dos niños, fue inaugurada en Esmeraldas. El vicario general de Esmeraldas, Silvino Mina Corozo, descubrió la imagen del misionero español Pedro Manuel Salado de Alba en presencia de seis de los siete jóvenes a los que salvó de morir ahogados: Alberto, José, Alejandro, Ashly, Selena y Jorge. Las hermanas del Hogar de Nazaret Juani, Consuelo y Rosi estuvieron también presentes en el acto y la misa posterior en su memoria.
El Hermano Pedro Manuel nació en Chiclana, el 1 de enero de 1968, ingresó en la Comunidad Religiosa Hogar de Nazaret en Córdoba, en el año 1988. Fue destinado a la misión que está Obra tiene en Quinindé en el año 1998.
Una vida de entrega
El Hermano Pedro Manuel Salado se dedicó en Quinindé a la atención de los menores más desprotegidos de la sociedad en la casa de acogida que se encuentra en la barriada Nuevos Horizontes. En el año 2001 pasó a dirigir la Escuela Santa María de Nazaret, que con el tiempo y el crecimiento de la misma pasaría a llamarse unidad Educativa Sagrada Familia.
El 5 de febrero de 2012, estando en la playa de Atacames al cuidado de un grupo de niños y niñas del Hogar de Nazaret, le advirtieron que siete de los niños que estaban jugando en la orilla habían sido arrastrados por el mar en un fenómeno inesperado y repentino.
Pedro Manuel, sin dudarlo dos veces, y a pesar del respeto que le tenía al mar, no dudó en lanzarse al agua para salvarlos a todos. Fue una tarea ardua en la que recibió ayuda de un surfista que le socorrió en la tarea de acercar a los niños a la orilla. Tras alcanzar a los dos últimos menores en peligro, los que estaban más alejados, y ponerlos en la tabla que le acercaba el surfista, el hermano Pedro Manuel se ahogó.
Lograron sacarlo a la orilla donde finalmente falleció, estando los siete niños a salvo.
Por este acto heroico ya ha recibido, a título póstumo, varios homenajes en nuestra diócesis: Medalla de Oro de su ciudad natal y una estatua y una calle dedicada a él, también en Chiclana. Además, el pasado 12 de octubre se abrió su Causa de Beatificación y Canonización en la Catedral de Córdoba.
Este homenaje del pasado 28 de enero es el primero que se le rinde en Ecuador, además de los actos que todos los años se celebran en memoria suya cada 5 de febrero en la ciudad de Quinindé.
El próximo martes, 5 de febrero, se celebrará una misa y se descubrirá una placa en la iglesia donde fue bautizado, la parroquia de San Juan Bautista de Chiclana de la Frontera.
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