OMPRESS-ROMA (2-4-13) Para que las
Iglesias particulares de los territorios de misión sean signo e instrumento de
esperanza y de resurrección es la intención misionera indicada por el Santo
Padre para este mes de abril.
El Papa Francisco, en su mensaje Urbi et
Orbi de este Domingo de Resurrección, invitaba a dirigirse a Jesús resucitado,
“que transforma la muerte en vida, que cambie el odio en amor, la venganza en
perdón, la guerra en paz. Sí, Cristo es nuestra paz, e imploremos por medio de
él la paz para el mundo entero”. Desgraciadamente las Iglesias en los
territorios de misión sufren situaciones de guerra que padecen sobre todo los
más débiles e indefensos, y “para ser signo e instrumento de esperanza y de
resurrección” han de serlo en medio de situaciones como las que sufren en
algunas partes de África.
Señalaba el Papa Francisco en su
mensaje: “Paz para África, escenario aún de conflictos sangrientos. Para Malí,
para que vuelva a encontrar unidad y estabilidad; y para Nigeria, donde
lamentablemente no cesan los atentados, que amenazan gravemente la vida de
tantos inocentes, y donde muchas personas, incluso niños, están siendo rehenes
de grupos terroristas. Paz para el Este la República Democrática del Congo y la
República Centroafricana, donde muchos se ven obligados a abandonar sus hogares
y viven todavía con miedo”.
Y dirigiéndose a todos los continentes: “Paz a todo el mundo, aún tan
dividido por la codicia de quienes buscan fáciles ganancias, herido por el
egoísmo que amenaza la vida humana y la familia; egoísmo que continúa en la
trata de personas, la esclavitud más extendida en este siglo veintiuno: la
trata de personas es precisamente la esclavitud más extendida en este siglo
veintiuno. Paz a todo el mundo, desgarrado por la violencia ligada al tráfico
de drogas y la explotación inicua de los recursos naturales. Paz a esta Tierra
nuestra. Que Jesús Resucitado traiga consuelo a quienes son víctimas de
calamidades naturales y nos haga custodios responsables de la creación”.
Publicar un comentario