Mensaje del santo Padre Francisco a los Directores nacionales de Obras Misionales Pontificias.
"Queridos hermanos y hermanas:
"Queridos hermanos y hermanas:
Con este breve mensaje quisiera presentarles una realidad importante para la misión de la Iglesia, pero poco conocida: las Obras Misionales Pontificias.
Desde los primeros tiempos, el apoyo recíproco entre las Iglesias locales comprometidas en anunciar y dar testimonio del Evangelio, ha sido un signo de la Iglesia Universal. En efecto, la misión, animada por el Espíritu del Señor Resucitado amplía los espacios de la fe y la caridad hasta los extremos confines de la tierra.
En el siglo XX, el anuncio de Cristo recibió un nuevo impulso de la fundación de las Obras Misionales, con el fin específico de rezar y actuar concretamente para sostener la evangelización en los nuevos territorios. Estas Obras fueron reconocidas como Pontificias por el Papa Pío XI, que en este modo quería subrayar cómo la misión de la Iglesia hacia todos los pueblos es muy importante para el Sucesor de Pedro.
¡Y todavía es así! Las Obras Misionales Pontificias continúan hoy este importante servicio iniciado hace casi 200 años. Están presentes en 120 países con Directores Nacionales, coordinados por Secretariados Internacionales ante la Santa Sede.
¿Por qué las Obras Misionales Pontificias son importantes? Son importantes ante todo porque debemos rezar por los misioneros y las misioneras, por la acción evangelizadora de la Iglesia. La oración es la primera “obra misionera”, la primera que todo cristiano puede y debe hacer, y es también aquella más eficaz, si bien esto no se pueda medir. De hecho, el principal agente de la evangelización es el Espíritu Santo, y nosotros estamos llamados a colaborar con Él.
Además estas Obras garantizan en nombre del Papa una equitativa distribución de las ayudas, de modo que todas las Iglesias en el mundo tengan un mínimo de asistencia para le evangelización, para los sacramentos, para los propios sacerdotes, los seminarios, para el trabajo pastoral, para los catequistas. Sostén a los misioneros que evangelizan y sostén sobre todo con la oración, para que el Espíritu Santo esté presente. Es Él quien lleva adelante la evangelización. Por ello, los aliento a todos a colaborar en nuestra tarea común de anunciar el Evangelio y de sostener a las jóvenes Iglesias a través del trabajo de estas Obras Misionarias.
De esta manera, en cada pueblo, la Iglesia continúa a abrirse a todos y proclamar con alegría la Buena Noticia de Jesucristo, Salvador del mundo. ¡Gracias a todos de corazón!"
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